Investigación y divulgación del patrimonio cultural en Medellín.

La Caída Del Jordán - Barrio Robledo

Artículo del periódico el Mundo sobre el bar más antiguo de Medellín "El Jordán" ubicado en el barrio Robledo.

El Jordán, un lugar que se parece a su nombre, ya que por una parte tiene connotación bíblica y ha perdurado tanto como el libro sagrado, porque lleva 116 años, convirtiéndose en el bar más antiguo de Medellín. Por otra está lleno de historias alrededor de personajes comunes e importantes. 

Sin embargo, El Jordán ya cumplió su ciclo, porque la familia Burgos, cuya historia se ha construido alrededor de este lugar, ya no tiene dinero para invertirle en arreglos como el techo ni energía para sostenerlo, porque su administrador Raúl Alberto Burgos Jaramillo, que lleva allí hace 26 años, pero desde los 8 años le ayudaba a su padre Octavio, se encuentra cansado y enfermo, por eso cerrará el bar a partir de diciembre. 

“La generación nueva no quiere seguir con esto y el deterioro del bar nos cogió ventaja porque no se le ha invertido dinero en mucho tiempo”, señaló el administrador. 

El Jordán cuando fue fundado en 1891 brilló por servicios como cuatro piscinas, cinco pistas de baile, una pesebrera para los caballos, 18 fogones y dos pianolas, pero ahora ha ido en decaimiento, porque al igual que en las personas los años no pasan en vano pudiéndose ver en las grietas que hay en paredes y techos, pero sobretodo en la poca afluencia de gente, que según Raúl se debe, además del deterioro del lugar, a la imposibilidad de parquear en este sector. 

Propuestas interesantes para vender se le presentaron al principio a la familia Burgos como la del Club Rotario, ya que pensaban dejar el mismo negocio y comprar dos o tres casas para hacer bibliotecas, pero desistieron. Ahora una constructora está detrás de ellos y Comfama la semana pasada también les propuso que les vendiera. 

“El mismo modernismo también fue acabando el negocio, porque primero cuando no había tanto carro el bar era muy bueno. Incluso cuando lo cogí en 1981 se podía parquear junto a la iglesia y nadie molestaba, los vecinos eran muy queridos. Ahora ha llegado gente nueva que ponen problema por el parqueo de vehículos al frente de sus casas”, dijo Raúl. 

Sin embargo, Octavio Sady Burgos, padre de Raúl y propietario legal del Jordán piensa que si una persona le hace una buena inyección de capital el negocio vuelve a surgir. 

Más de un siglo de tertulia 

El bar inicialmente se creó como un estadero y era un paso obligado en bestia para las personas que viajaban a Santa Fe de Antioquia, Sopetrán o San jerónimo porque por allí pasaba la única carretera que existía.

Este lugar fue el centro de tertulias para los artistas y poetas.

“El Jordán viene de un nombre bíblico porque mis abuelos y bisabuelos eran muy católicos. En un principio esto se movía mucho y algunos fines de semana se lo tomaba la Alcaldía”, comentó Raúl. 

En el Jordán se respira un ambiente de tendencia política liberal que además se puede observar en los cuadros que allí hay de Jorge Eliécer Gaitán, Darío Echandía, Carlos Lleras y Luis Carlos Galán. 

“Mí abuelo comentaba que Tartarín Moreyra, quien era un gran poeta y compositor de tangos , venía mucho al Jordán. El día que le subieron a cinco centavos el aguardiente hizo un escándalo”, expresó Raúl. 

“El Jordán ha pasado por cuatro generaciones, iniciando con mi bisabuelo Rubén Burgos, después el abuelo Octavio que fue el que más tiempo estuvo a cargo del bar porque lo manejó durante 55 años, luego mis tíos Jhon, Fabio, Anibal y Humberto me lo entregaron porque ellos tenían otros negocios”, agregó. 

Personajes importantes como los expresidentes Olaya Herrera, Enrique Santos y Carlos Lleras visitaron el bar, además de reconocidas familias de la época como la Echeverri y Valencia. 

Debajo del nombre del El Jordán, en la fachada de la casa, reza una leyenda que dice «Un siglo de tertulia» que se la pusieron cuando cumplió los 100 años en 1991. Éste es el espíritu inicial del bar en donde se reunían artistas y poetas a discutir sobre las cosas sencillas de la vida como el grupo de los Panidas, conformado por León de Greiff, Manuel Mejía Vallejo, Tartarín Moreyra, Fernando González y los que fundaron el Nadaísmo con Gonzalo Arango. También hasta hace tres años hubo festivales de poesía. 

“Esto fue lo más grande que tuvo Medellín porque aquí usted conseguía lo que quisiera en comida y licores extranjeros, además esto funcionaba de día y de noche en la época de mí papá”, apuntó Octavio.

FuenteEl Mundo

Foto:Semana